Los juguetes conectados a Internet forman parte del Internet de las Cosas. Y ahí esta el riesgo. Esto puede hacer que los ciberdelincuentes se hagan con datos de niños de todo el mundo.
La Barbie Hello, por ejemplo, fue acusada de espionaje porque según diferentes investigaciones, sus conversaciones con los niños eran almacenadas en los servidores de ciertos ciberdelincuentes.
En el análisis de los términos y condiciones que debe de aceptar el usuario se han encontrado cláusulas ilegales como la obligación de aceptar que los términos se cambien sin previo aviso, que los datos personales puedan utilizarse para publicidad específica y que dicha información pueda ser compartida con terceros no identificados. Todo ello infringe la normativa europea en materia de protección de datos y de protección de consumidores.
Los padres, por lo tanto, deben de estar al día en estas cuestiones que afectan de manera directa a sus hijos. Ellos deben tomarse el tiempo necesario para comprender como un juguete, videoconsola, coche de control remoto se conecta o interactúa por Internet.
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